Desarrollo de Ciencias Sociales II
La reforma liberal y los productos de exportación.
Con la derrota de Morazán, el ideal de la unidad centroamericana queda enterrado. En 1.841, El Salvador se constituye en una república libre, independiente y soberana. La república nace muy ligada a la producción de café.
Las llamadas “reformas liberales” del siglo XIX impulsadas por los gobiernos de Santiago González (1871-1876), Rafael Zaldívar (1876-1885) y Francisco Menéndez (1885-1890) se proponían políticamente la construcción de un Estado laico en El Salvador, es decir, buscaban la separación del poder civil del eclesiástico; o en términos aún más específicos, buscaban la sustitución de principios fundamentales del liberalismo católico español (Estado confesional, tierras ejidales y comunales, cementerios católicos, total prohibición a la libertad de cultos, educación católica, matrimonio religioso, imposibilidad de divorcio, no libre testamentifacción, etc.) A mi parecer, pues, hubo significativas rupturas ideológicas y de políticas de Estado entre las Constituciones de 1864 y la de 1871, y estas diferencias se fueron haciendo cada vez más amplias a lo largo de las restantes que fueron siendo aprobadas hasta llegar a la de 1886.

La introducción del café:
1845, se inicia un programa de construcción de carreteras desarrollando mejoras sustanciales entre los principales centros de producción (Sonsonate, Santa Ana, San Miguel, Puerto de Acajutla y La Unión) con el fin de desplazar las producciones a Puertos.
1853, El Salvador firma el primer tratado comercial con los Estados Unidos. En ese mismo año, el barco denominado el “Primero” inauguró la primera línea regular de vapores que unían los puertos de América Central, incluyendo Acajutla, La Libertad y La Unión, con California
1857, las plantaciones de café enfrentan un desarrollo y se empleaban un gran número de trabajadores en los alrededores de Santa Ana, Ahuachapán y Sonsonate.
1861, primer reporte estadístico dado por el Gobernador de Santa Ana que indicaba la existencia de 1.6 millones de plantas de café en viveros, 0.69 millones de plantas trasplantadas y 0.60 millones de cafetos en producción.
1860-1880, se observa un desarrollo acelerado de la caficultura. Para el año de 1879, el departamento de Usulután, había establecido y distribuido un vivero de café de hasta 819 mil plantas.
La producción cafetalera fue promovida por el estado, impulsando políticas económicas y liberales que comenzaron a partir de 1870.
1880, se funda el Banco Internacional que dio respuesta a los problemas crediticios que enfrentaban los caficultores, debido a las altas inversiones que requerían los nuevos cafetales. Se implementó la reducción de los impuestos de exportación y el estado fue el que se preocupó de cobrar los impuestos de importación. Se repartieron, por parte del Gobierno Nacional y los Municipales, miles de plantas de café a los productores de diferentes clases sociales.
1881-1882, el Estado privatizó grandes terrenos baldíos, de propiedad nacional para venderlos a bajo precio.
Mejoras en las vías de comunicación y una nueva orientación del sistema de trasporte permitieron resolver los problemas de movilización de las cosechas.
1882, por medio del telégrafo y un cable submarino con los que contaba el país los caficultores podían estar informados diariamente de los precios internacionales
1885, se construye el ferrocarril entre las principales zonas de café de los alrededores de Sonsonate, Santa Ana, San Salvador y el Puerto de Acajutla.
Es importante destacar que el Estado no sólo buscaba aumentar la producción de café, sino además desarrollar la economía agraria comercial del país.
Segundo Periodo comprendido de 1846 a 1900:
Gracias a la expansión del cultivo del café, a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX se observaron cambios importantes: teatro, acceso a la educación y campaña de vacunación para la sociedad salvadoreña.
Se construyeron obras de infraestructura como lo son: el Hospital Rosales, el Teatro Nacional, el Teatro de Santa Ana; así como también se realizaron obras de saneamiento (acueductos y alcantarillados), sistema eléctrico, asfaltaron las principales calles de San Salvador. Inversión extranjera para la producción, financiamiento y exportación del café por parte de grupos de inmigrantes europeos. Se crearon instituciones de apoyo a la caficultura como el Banco Hipotecario, la Compañía Salvadoreña del Café, el Departamento Nacional del café, la Asociación Cafetalera de El Salvador, Federación de Cajas de Crédito y el Banco Central de Reserva.
1929, la economía salvadoreña mostró una gran dependencia del cultivo de café, representando el 95% del total de las exportaciones. Cualquier variación en los precios significaba debilidad o progreso para el pueblo.
1932, como resultado de la crisis mundial, los precios internacionales reflejaban una reducción con porcentaje mayor al 200%. En el país, esto significó una contracción en la economía. Los caficultores no cubrían sus costos de producción, ni el valor de los créditos otorgados; perdiendo así sus fincas debido a los embargos ejecutados por los otorgantes del crédito.
Tercer Período comprendido de 1950 a 2000
En la década de los cincuenta, El Salvador vive un auge económico, en donde el precio internacional del café es cotizado en 1955 en US $70.90, representando un incremento del 217%. Debido a la experiencia de la dependencia del país a un producto de exportación, decidieron fomentar el cultivo del algodón fortaleciéndose aún más la economía salvadoreña. A esta década se le conoció como la “DECADA DE ORO”.
En este período se crea el Instituto de Investigaciones del Café para fortalecer la investigación y transferencia de tecnología. Posteriormente surge un ente privado, en la década de los noventa, llamado PROCAFE. 1979-1980, surgieron reformas a la comercialización del café, que pasa de ser una actividad privada a una nacional. Para 1989 la comercialización del café es privatizada nuevamente.
Los cambios en la forma de propiedad:
Producción y exportación del café como base económica fundamental
La legislación protectora de cultivos permanentes comprendía entre otros el café que desde 1840 se incrementa en el país el cultivo siguió en proceso ascendente. “El financiamiento de la producción cafetalera se debió a los antiguos añileros que avizoraron el peligro de este monocultivo, a la integración europea que se integró con las familias de las clases dominantes del país y a los gobiernos liberales que propiciaron leyes favorables al despojo de las tierras comunales y ejidales”.
Estructura de la producción y exportación del café:
La producción y exportación del café, exigió del Estado salvadoreño, no solo la expropiación de las tierras comunales y ejidales, sino que también requirió de una infraestructura mínima para el transporte y exportación de la producción cafetales, debido a que los medios primitivos de que se disponía por entonces, dificultaban las operaciones de traslado del producto a los puertos de embarque. Esto condujo a modernizar las vías de comunicación telegráfica y ferrocarrilera; como el Estado carecía de los recursos económicos para ejecutar tales obras, los gobiernos liberales procedieron a “contratar empréstitos en el extranjero.
Las estructuras del moderno Estados salvadoreño fueron formándose gradualmente, a partir del momento que empezó a surgir el Estado Liberal. A mediados del siglo XIX, el café sustituyó al añil como base de la economía nacional. Antes de que la exportación del café tomara gran importancia en los mercados europeos y norteamericanos, este grano se producía solo en pequeñas cantidades.
Destacamos que aunque en 1872 el añil alcanzó el precio más alto en su historia, las exportaciones de café a California se duplicaron en 1877; de 5 381 sacos ascendieron a 10 545 y ya para 1879 la exportación del café superó la del añil, representando el 48% de los ingresos totales del ramo de exportaciones. Los hacendados y oligarcas fueron concentrando la propiedad de la tierra y se fueron adueñando de la economía nacional. Tanto liberales como conservadores pertenecían a este sector privilegiado y desde el poder hicieron las transformaciones para su propio beneficio: reformaron el sistema de tenencia de la tierra, liberación de la mano de obra o lo que es lo mismo explotación de los trabajadores agrícolas, contratados por salarios de miseria y creación de cuerpos represivos como garantes de los explotadores. Con el despojo de sus tierras los campesinos se vieron obligados a vender su fuerza de trabajo en el campo, migraron a las ciudades o fueron a trabajar en las plantaciones bananeras en Honduras. Para reclutar, controlar y garantizar que la mano de obra no “escapara” de la región, se creó la Ley sobre jornaleros y de jueces agrícolas.
Las nuevas formas de gobierno:
A partir de 1898, con la llegada al poder del general Tomás Regalado y hasta 1931, se sucedieron una serie de gobiernos relativamente estables, producto de que la presidencia quedó en manos de los grandes terratenientes cafetaleros. El Dr. Manuel Enrique Araujo, presidente entre 1911 y 1913, creó la Guardia Nacional y tomó una serie de medidas para aumentar la presencia del Estado en el interior del país. La actual bandera del país fue adoptada en 1912 durante la presidencia de Araujo, quién fue asesinado en febrero de 1913. Después del atentado de Araujo, la poderosa familia de los Meléndez-Quiñonez gobernó el país hasta 1927. Miembros de la élite económica conocida como las 14 Familias (número que es evidentemente simbólico, por los catorce departamentos) u Oligarquía Criolla, por ser descendientes directos de españoles nacidos en el país. Ante la grave situación económica que vivía el país por la caída de los precios del café, el gobierno de Araujo entró en crisis y fue derrocado por un grupo de militares el 2 de diciembre de 1931. Éstos entregaron el poder al vicepresidente de Araujo, general Maximiliano Hernández Martínez, dando inicio a un período de gobiernos autoritarios controlados por la Fuerza Armada y apoyados por los terratenientes cafetaleros.
Desde 1931 hasta 1979, los gobiernos autoritarios de este régimen militar-oligárquico emplearon una política que combinaba la represión política y las reformas limitadas para mantenerse el poder, resguardando los privilegios de la oligarquía salvadoreña. El período de esplendor del café, época en que su preció se elevó grandemente fue cuando estaba el Presidente General Gerardo Barrios (1858, 1861, 1863).




